La voluntad es la energía que impulsa el motor que tenemos dentro nuestro, y permite la ejercitación de las aptitudes que están en el ADN, permitiéndonos cumplir funciones determinadas.
Ellas comienzan a manifestarse al nacer. Algunas las descubrimos en edad temprana y otras a lo lejos, mientras la vida transcurre.
Estas deben ser cultivadas a través del tiempo, para que en semejanza con una planta: de frutos.
El ingrediente que puede elevar o destruir ese potencial y se llama Voluntad.
La voluntad es la decisión de emprender, ponerse de pie y caminar, realizar aquellas cosas que podemos y debemos enfrentar para alcanzar el éxito en las metas propuestas.
La Falta de voluntad, es el veneno que destruye el desarrollo de las aptitudes y poco a poco va derribando los sueños y planes que quieres alcanzar.
En la tarea docente, podemos observar cuando transcurre un período de tiempo en el proyecto, que algunos niños decaen en el rendimiento académico y queda en evidencia esta discordancia porque ya no estudian como antes, faltan a clases, priorizan otras actividades, etc.
Allí comienza la desventaja, ante el que concurre normalmente y en ese tiempo… se queda atrás.
Como maestro, si notas desánimo es el momento de trabajar nuevamente en las motivaciones que posicionaron al músico en tu sala de clase y poner en práctica pensamientos positivos que activen otra vez su voluntad.
Convoca a la familia o representante del niño, para que juntos hagan aportes que permitan revertir la situación.
La voluntad es como un músculo invisible que debemos ejercitar.
Esos talentos que no hemos pedido, constituyen el capital que Dios nos ha dado a cada uno, para poder desarrollarnos y todos, absolutamente todos tenemos “algo” bueno en nuestro interior.
Ese ALGO, es tu aporte para lograr que el mundo sea mejor.
Hasta la próxima,
Prof. Emilce Jacobchuk
2 respuestas
Sabias palabras de quién con paciencia y amor acerca el arte de la Música a los más pequeños.Feliz día Emilce, gracias por tu dedicada labor ,a pulmón y desde el corazon!!!
Paciencia y amor, son un cóctel que debe tener cada maestro para llevar esta labor adelante.
Hermoso comentario.
Emi