Sabemos que para un músico es emocionante compartir su producción, se prepara días, meses y años para el momento tan esperado, y ansiado. Como la palabra lo dice… ansiado, la ansiedad es un enemigo con quien se debe lidiar una y otra vez a lo largo de la carrera artística.
¿Me va a salir bien, estaré en condiciones de hacerlo? ¿Esta interpretación es correcta, estoy sumando a mi equipo?, ¿Qué hago si me equivoco, y si me pierdo?
Todo el tiempo se debe trabajar con la frustración ante el miedo escénico y poco se habla de ello, pero es un factor que aleja a muchísimas personas de la música. Hasta hoy encuentro personas que me comentan: mi maestra en la escuela me dijo que no servía para cantar, así que nunca más lo intenté.
La música es un arte temporal, y todo sucede ahí, a diferencia del artista plástico que elabora en su taller, el músico todo lo realiza en el momento de la muestra musical. Entonces es importante contener emocionalmente a los niños sobre todo, prepararlos para ese momento de estrés y sacar el peso de la culpa si hay una equivocación en la audición del concierto.
Saber reaccionar positivamente ante un error, nos conduce a tocar la nota siguiente en vez de bloquearnos y quedar atrapados en la desconfianza y desacierto.
Antes de dar un concierto, prepara a tu equipo con palabras esperanzadoras. Siempre debemos buscar la excelencia, pero un maravilloso concepto de excelencia es dar lo mejor que puedo en el momento oportuno. Si traicionan los nervios, hay que contener a los músicos, si hay un familiar presente pedirle que se acerque, sino contar con alguien de confianza en el equipo que pueda asistir el caso, y calmar el llanto si se llega a ese punto.
Cuando un músico virtuoso comete un error, que puede ser causado por el viento que voló la partitura, una luz potente que no permitió ver un pasaje, un celular que suena y desconcentra, un cabello que se atraviesa en la cara, y así podemos enumerar miles de factores, pero seguro va a sentir desazón. Esto también es parte de la orquesta, es la parte de la música que poco se habla.
¿Sabes que les digo a mis equipos antes de tocar? Si pasa algo desafortunado, esto no es una cirugía a corazón abierto, lo peor que puede pasar es tener que volver a empezar, o retomar de un punto acordado.
Si no transmito algo positivo, la música se vuelve vacía por eso el momento de la audición debe tener la magia de la alegría, del disfrute que nos produce el arte.
Un punto a tener en cuenta es elegir bien el repertorio y saber que se quiere trabajar, no te quedes trabado en una mala experiencia, siempre la música nos da revancha.
Con todo mi cariño, Emilce Jacobchuk.