La arena es un fragmento, un componente minúsculo que “solo” como unidad, es casi nada a la simple vista de nuestros ojos.
Si nos detenemos a mirar un grano de arena podemos observar:
- La unidad más pequeña de la composición de la playa, que frena las poderosas olas del mar.
- Una insignificancia que junto a otros millones, constituye enormes desiertos.
- Parte fundamental en la construcción de edificios, carreteras, etc.
Esa pequeñez, al ser parte de un grupo de elementos similares, presta una gran utilidad a la humanidad.
Así, muchas veces, nos percibimos a nosotros mismos, como un grano de arena y no debe ser tomado de manera despectiva.
Hace un tiempo una Directora de Orquesta me dijo: lo importante es saber apreciar, reunir y ensamblar, los pequeños granos de arena (haciendo referencia al sonido), que aportan nuestros incipientes músicos en la orquesta.
Visto desde otro punto, la enseñanza de música en los niños pequeños, se acumula de la misma manera, que cae la arena en un reloj.
Al principio no se nota, es tan poco! Solo dale tiempo, y ese costal será tan denso, que nada lo podrá voltear.
Si notamos que aspectos negativos, se empiezan a acumular en nuestro proyecto, no esperemos a tener una gran montaña de arena, podemos barrer diariamente y mantener un orden saludable, que permita bienestar y crecimiento en todo lo que se realiza.
Todo depende de cómo se mire un objeto para calificarlo. Yo admiro la física cuántica, que estudia lo invisible.
¡Cuánto más, debemos apreciar a nuestros semejantes!
Aquí están, para que juntos desarrollemos proyectos que enriquezcan nuestra comunidad.
Hasta la próxima,
[/et_pb_text][/et_pb_column][/et_pb_row][/et_pb_section]