Si miras atentamente un árbol
Verás su tronco entre partido
Ya no tiene el verde de antes,
Solo se observa el olvido.
Se ha puesto tan robusto
Doblado fue por los vientos
Pero ahí sigue firme y fuerte
Soportando los inviernos.
Dentro de él está la savia
Que alimenta su tocado
Tocado verde de hojas
Que alimentan la esperanza.
Esperanza fortalecida
Que se ha forjado en dolor
Dolor, un sabio maestro
Que saca de ti lo mejor.
No temas al devenir del tiempo
Tu belleza es verdadera
Las raíces son tan grandes
Que sostienen descendencias.
Porque aunque llegue la muerte
Tu tronco seguirá vivo
Vivo en utensilios
Que adornarán mil destinos.
Puede pasar que un día te veas como ese tronco, desalineado y gastado por el maltrato del tiempo.
No obstante las crisis y los duelos, te han vuelto resistente, fuerte, con una actitud crítica, ante un mundo que se mueve rápidamente a tu alrededor.
El aplomo, lo robusto, nos dan la tranquilidad de saber que estamos firmes, y siempre viviremos en el corazón de alguien, porque nuestra vida tiene sentido de trascendencia.
Vivamos con alegría, aceptando la energía que nos brinda la luz, generando un ambiente amable en medio de situaciones hostiles, y sembrando esperanza en cada espacio, hacia donde nuestras ramas lleguen a extenderse.
Con cariño,