El conflicto es parte de nuestra vida. Por lo general le tememos, porque implica un desgaste extra de energía.
Este, aparece justo en ese momento que hemos logrado la tranquilidad!! Llega la marea a mover la barca, y otra vez debemos remar para enderezarla.
Cotidianamente nos enfrentamos a situaciones que pueden sacar lo mejor, o lo peor de nosotros, y es una decisión muy personal quedarnos patinando en el conflicto, o ser parte de la solución, realizando aportes positivos a los inconvenientes que surgen.
Lo positivo es que:
• Activa nuestra creatividad, para buscar posibles soluciones.
• Nos permite superarnos a nosotros mismos, una vez que resolvemos el problema.
• Permite que incorporemos nuevos conocimientos, y ejecutar su aplicación.
Vamos a lo nuestro, a la música!
En Pedagogía, el conflicto cognitivo ha sido planteado por Piaget, y se pone en marcha cuando una estructura mental entra en desequilibrio, al no poder resolver un problema, con los conocimientos que posee hasta el momento.
En la Orquesta nos ponemos muy felices cuando nuestros alumnos logran interpretar una obra, pero es el momento en que sabemos, que ya están listos para otro desafío!
Entonces, el conflicto visto de esta manera, ya no es tan malo, ni tan grave.
Armando una buena planificación didáctica, se puede avanzar utilizando distintas estrategias pedagógicas, y de esa manera el crecimiento es constante, y no genera frustraciones a largo plazo en nuestros estudiantes.
Cada conflicto por resolver, es un desafío por alcanzar.
Y como citamos en este blog, el problema es una oportunidad si…
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Dos verdades a tener en cuenta:
• Los problemas siempre estarán.
• Las oportunidades de resolverlos también.