Organizar un nuevo evento, implica dolores de cabeza, momentos de estrés, y una montaña rusa de estados de ánimo.
¡Cuando nos llega una idea maravillosa, se despierta nuestro espíritu, hace latir corazón con mucha fuerza y las ideas creativas saltan como chispas!
La idea es que esas chispas no se apaguen con los primeros inconvenientes, los diferentes puntos de vista que se deben coordinar, y las limitaciones que surgen por falta de espacio, tiempo y dinero.
El ideal siempre está, y no debemos abandonarlo. Puede suceder que para alcanzarlo tal y como lo soñamos, nos implique varios intentos, etapas, y crecimiento tanto en lo personal, cómo en el equipo técnico e institucional.
Mi consejo es:
- Traza objetivos claros.
- No te detengas por las primeras adversidades que aparezcan.
- Cuenta con un Plan B, C y D si es necesario.
- Reúne un equipo de confianza, y trabaja con esfuerzo.
Realizar encuentros orquestales es enriquecedor para:
1- Los directores, ya que se deben hacer entender en un ámbito más amplio.
2- A los músicos, les permite ceder y compartir espacios ya ganados en su orquesta de base.
3- A los padres, conocer y compartir con la comunidad educativa, además de poder comprometerse, y cooperar con el sueño de su hijo.
4- A la comunidad en general, para entender que la música es vivaz, que une esfuerzos, voluntades y corazones, dispuestos a ganar amor, comprensión y compañerismo.
Lucha!!!! Vale la pena el esfuerzo.