Lloras de risa, lloras por una causa juzgada injustamente, lloras de alegría por una noticia maravillosa, lloras por una desilusión, o lo que no podemos evitar… perder un ser querido.

Las lágrimas no denotan tu debilidad, muestran la entereza de tu corazón para conmoverte ante la felicidad, el dolor, o lo irreparable.

 

  • Desechan emociones tóxicas.
  • Fortalecen plegarias.
  • Alivian la pena.

Así como tú te conmueves con el llanto de un niño, a Dios le sucede con tus lágrimas, por eso las toma en sus manos como perlas y las atesora, consolando tu dolor.

Ellas tienen el poder de suavizarnos, regar emociones y sueños que como semillas, pronto germinarán.

No las guardes, no te prives de ellas. Déjalas correr, descansa para tomar fuerzas…y continuar caminando.

Emi.

 

8 comentarios

  1. Aun no me ha tocado llorar por la orquesta, pero si me ha entristecido mucho la partida de un alumno, quien abandonando todo vínculo con la música se aleja de ella por incomprensión de sus padres.
    Es triste y desmoralizador.
    Me quedo con tus palabras…
    … descansa para tomar fuerzas…y continuar caminando.
    Y yo agrego: y sembrando…

    Gracias de corazón.

    1. Sabemos que las semillas que sembramos aveces son tomadas por el viento, son llevadas a otros lugares y un buen día, cuando se dan las condiciones germinan, echan raíces, crecen y dan mucho fruto. No te canses de sembrar, la cosecha no es nuestra… si te han llamado a sembrar, esa es tu misión.

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